El pasado miércoles en audiencia de continuación, el Ministerio Público de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) no pudo sostener las acusaciones por lo que el juez de control resolvió la no vinculación a proceso de Roberto Batlia alias El Batlia, además de José N y Sara N, detenidos con él por delitos contra la salud.
Y es que la FGJ lo acusó de delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, posesión de arma de fuego reservada para uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea y cohecho.
Y es que la FGJ lo acusó de delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, posesión de arma de fuego reservada para uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea y cohecho.
Fue que judiciales precisaron que al no contar con datos de prueba suficientes, idóneos y pertinentes que permitieran al juzgador establecer el lugar en que se llevó a cabo el hallazgo de los supuestos indicios, fue que determinó la no vinculación.
“El Batlia” era considerado como uno de los delincuentes más buscados en toda la metrópoli e incluso se le apodaba “El rey de la Piedra”.
Según las investigaciones logró establecer varios narcolaboratorios en la Ciudad de México y empleo a varios “cocineros” que fabrican la droga sintética.
Nada de eso fue presentado como dato de prueba para que pudieran quedarse en el Reclusorio Norte.
La investigación de la FGJ también refiere que “la piedra” que producen los narcolaboratorios de “El Batlia” se la vendía a todos los grupos criminales de la localidad desde la Unión de Tepito, El Cártel de Tláhuac, a Los Rodolfos e incluso se sabe, era el encargado de hacer entrar esa droga a todas las cárceles locales, aspecto que tampoco pudieron comprobar ante el juzgador.
¿Quién es Alberto Batlea y mejor conocido como el “Rey de la Piedra”?
La investigación de las autoridades locales detalla que la piedra que producen los narcolaboratorios de El Batlia se la vendía a todos los grupos criminales de la localidad, desde La Unión Tepito, El Cártel de Tláhuac, hasta a Los Rodolfos, que tienen sus centros de operaciones en la alcaldía Xochimilco e incluso se sabe, era el encargado de hacer entrar esa droga a todas las cárceles locales utilizando a mujeres como mulas.
Si bien, El Batlia siempre se manejó con un bajo perfil, a las autoridades locales y sobre todo de la Secretaría de Marina (Semar) —dependencia que también participó en el operativo—, les preocupó el poder adquisitivo que generaba este sujeto vendiendo su droga sintética, por lo que incluso era conocido como el Heisenberg de la CDMX, en referencia a la serie de televisión, Breaking Bad.
La investigación revela que operaba solo al margen de los grupos locales, es decir, era independiente y no tenía alianza con las estructuras criminales ya establecidas, por el contrario, su mercado se extendió al Estado de México, Puebla, Morelos, Tlaxcala, Hidalgo y Querétaro, sin que esto le generara dificultades con los grupos preponderantes asentados en la Ciudad de México.
De igual manera, se estableció que los narcolaboratorios los habilitaba en unidades habitacionales grandes ubicadas en las alcaldías Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Cuauhtémoc, sobre todo en las inmediaciones de Tepito y la colonia Guerrero; conforme su negocio fue creciendo buscó lugares más amplios en Tlalpan, Magdalena Conteras, Milpa Alta y Tláhuac, donde se ocultaba en sembradíos o zonas boscosas.
El seguimiento de su actividad delictiva se remonta hasta 2015. Se sospecha que fue el responsable de asesinar a dos jóvenes de apenas 19 años de edad, cuyas cabezas aparecieron en calles de la colonia Morelos, en la alcaldía Cuauhtémoc, y el resto de los cadáveres en inmediaciones del Estado de México. El incidente causó revuelo, pues las partes estaban dentro de unas bolsas de la marca Louis Vuitton.
En esa ocasión la versión de la entonces procuraduría local fue que el doble homicidio estaba relacionado con un ajuste de cuentas de grupos criminales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario