*Si la soberbia ha tirado imperios, muy fácilmente puede tirar ventajas en las encuestas que distan mucho de ser imbatibles...
En la política, como en la vida, no hay peor consejera que la soberbia. Y en el periodo de intercampañas, que concluye en exactamente 12 días, la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez le ganó la partida a la candidata puntera de Morena, Claudia Sheinbaum, al haber dado un paso al frente y ganarle la agenda internacional con sus visitas a Estados Unidos, España y su audiencia privada con el Papa Francisco en el Vaticano.
La candidata del oficialismo reaccionó tarde y apurada al periplo de su contrincante por el extranjero. Primero Sheinbaum y su equipo de estrategas reaccionaron con soberbia ante la salida de Xóchitl a los Estados Unidos y, lejos de medir el impacto que tuvo la presencia de la abanderada opositora en los círculos políticos estadounidenses, se dedicaron a despreciar y minimizar el hecho y a hablar de supuestas “traiciones a la Patria” por las denuncias que Gálvez hizo sobre elección de Estado y acoso gubernamental a la oposición.
“Ellos están pidiendo afuera lo que no pueden conseguir adentro”, dijo Sheinbaum Pardo sobre la presencia de Xóchitl en la OEA y la petición de que manden observadores a la elección mexicana de junio próximo. “Qué bueno que haya observadores, siempre una elección se fortalece cuando hay observadores. Lo que siempre vamos a estar en contra es de cualquier forma de intervención… Ese mismo día (5 de febrero) la oposición va a Estados Unidos a solicitar que cuide la democracia en México. Aquí la democracia la cuida el pueblo. Para nosotros la democracia es justamente la representación del pueblo de México, entonces es muy sintomático que haya ocurrido eso”, cuestionó la morenista.
Todavía cuando Gálvez apareció en Madrid, repitiendo las mismas denuncias que hizo en Estados Unidos, y se tomó una fotografía con el expresidente Felipe Calderón, el equipo de Sheinbaum seguía en la soberbia y dedicados a cuestionar a su contrincante con discursos alusivos al pasado. “Llama la atención la foto con Felipe Calderón, pienso que lo que refleja es que la política de seguridad del Frente opositor va a ser la guerra contra el narco nuevamente”, comentó en tono de crítica la abanderada del oficialismo.
Hasta ahí Claudia y sus estrategas parecían no dimensionar ni darse cuenta de que Xóchitl Gálvez les estaba marcando la agenda y que ellos habían pasado, en la última semana, de accionar a reaccionar en la contienda presidencial, en pleno periodo de intercampañas.
Al habérseles adelantado en la salida al extranjero, la candidata de la Alianza opositora no sólo estaba posicionando su discurso fuera del país y en el corazón político de los dos primeros socios comerciales de México, como son Estados Unidos y Europa, sino que además les estaba imponiendo, desde allá, la agenda a la que tenía que reaccionar la puntera en las encuestas.
No fue sino hasta que se enteraron que Xóchitl iba a ser recibida por el Papa Francisco en audiencia privada el pasado miércoles, cuando los estrategas de Sheinbaum salieron de su soberbia y comenzaron a operar de emergencia para que el Pontífice católico también recibiera a su candidata, pese a que no habían tramitado con tiempo una audiencia. Las prisas y los apuros hicieron presa del cuartel de campaña al percatarse del impacto que tendría en México, sobre todo en la población católica (77% según el INEGI) la imagen de Gálvez al lado del Papa, y comenzaron a buscar a gente de la Conferencia del Episcopado Mexicano para gestionar una audiencia también privada para su candidata, con tal de no dejarse ganar esa última partida de la gira internacional de su contrincante.
Porque mientras a Xóchitl la habían apoyado desde la jerarquía católica mexicana con mucho tiempo de anticipación para conseguirle el encuentro personal con el Papa, a Claudia tuvieron que armarle de última hora un encuentro que no estaba previsto y que entró fuera de la agenda oficial del Vaticano para ese día. Del equipo de campaña de la morenista llamaron con urgencia a los hermanos Sulaiman, que a través de la Fundación Scholas México tienen contactos con la Santa Sede, que los apoyaran para conseguirle un encuentro a la candidata, aunque éste se diera fuera del protocolo oficial. Y seguramente en El Vaticano, por aquello de que no pareciera que el Papa sólo recibía a la candidata opositora para las elecciones en México, decidieron abrirle un espacio también a la candidata del partido gobernante.
Por eso fue que, si se observan con detalle, las fotografías de las audiencias que tuvieron cada una de las dos candidatas son muy distintas. A Xóchitl el Papa la recibió en la sala especial donde recibe a sus invitados privados, con todo el protocolo oficial del Vaticano, y acompañada de su esposo e hijos que aparecen también en varias de las imágenes que compartió la abanderada opositora y que fueron tomadas por los fotógrafos acreditados. A Claudia en cambio, el pontífice la recibe a ella sola en una habitación donde suele descansar después de las audiencias del día –lo que confirma que fue un encuentro fuera de la agenda oficial– y en las imágenes, al parecer tomadas con un teléfono celular, se ve a Francisco cansado, sin portar ya el solideo en su cabeza que es parte del protocolo oficial, y saludando de pie a la candidata morenista.
En fin, que más allá de lo anecdótico, lo ocurrido en la última semana, justo en el periodo de la llamada intercampaña, demuestra claramente que nadie debe sentirse ganador o ganadora antes de tiempo. Que la política, sobre todo en tiempos de campaña, es impredecible, y que las ventajas inalcanzables no existen. Porque así como en Morena y en la campaña claudista ya se sienten en la Presidencia y actúan con una soberbia digna de los despóticos emperadores romanos, la candidata opositora, a la que tanto desprecian y minimizan, les ganó este primer round y les marcó la agenda, obligándolos a reaccionar de manera torpe y desesperada.
Lo que pasó esta semana podría ser un punto de quiebre para lo que venga en el inicio de las campañas: una candidata que si bien está en la punta de todas las encuestas, también es vulnerable y tiene grietas por donde se le puede colar la oposición. Sobre todo porque mientras Xóchitl va por la libre y se mueve sin prejuicios ni problemas, asesorada por colmilludos y experimentados priistas y panistas en materia internacional, Claudia sigue amarrada de manos y en un esquema rígido en el que no puede ni criticar, ni cuestionar y mucho menos tomar la iniciativa, por ejemplo para viajar a Estados Unidos, sin que antes tenga que consultar al presidente López Obrador.
Este fue apenas un primer round, casi de sombra, pero al final un round que ganó claramente la candidata opositora. Es decir, que a partir de lo que vimos en la última semana, queda claro que nada hay escrito y que, en el volátil escenario electoral, y el aún más volátil voto apartidista que se expresa siempre en las elecciones, muchas cosas falta aún por verse. Y como lo dijimos al principio, si la soberbia ha tirado imperios, muy fácilmente puede tirar ventajas en las encuestas que distan mucho de ser imbatibles.
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