Desde el púlpito, durante la misa dominical del pasado 30 de junio en la Catedral de la diócesis, dijo a los feligreses que “va quedando cada vez más claro que fue elección de Estado, con tantas irregularidades, como nunca antes se habían visto”, por lo que deberían haberse anulado los comicios del pasado 2 de junio.
En su homilía en la que entrelazó pasajes bíblicos y asuntos políticos y de seguridad, el purpurado explicó a su grey que la invalidación de los comicios no solo debería haber ocurrido por haber sido una “elección de Estado”, sino porque de acuerdo a sus datos, hubo compra de sufragios e intervención del crimen organizado.
“¿Invalidada, por qué?, por todo lo que hubo. Las irregularidades; votos vendidos, comprados y sobre todo en los lugares en donde hay más miseria. Yo aquí en Apatzingán me di cuenta que a menos mil 500 cada voto, después platicando en una reunión que tuve en Morelia, a la que vinieron obispos de México, en algunas partes del sureste del país a cinco mil pesos el voto. ¿De dónde salió tanto dinero y tantas irregularidades?”, preguntó a los feligreses.
“Aparte de eso, la presencia del crimen organizado, no donde quiera, pero si en muchos lugares, obligando al voto por un partido equis, y tantas otras cosas que desde luego podríamos aquí decir, y están en las redes. Basta que abramos los ojos y que podamos”.
El jerarca, felicitó “a los que a pesar de esto, y desde luego en espera porque tenemos presidenta virtual, todavía no ha sido ratificada su presidencia. Yo a lo que felicito es a los cristianos, a los católicos que siguen orando e invitando a rezar El Rosario con fe ante la llegada del comunismo.”.
Y es que explicó que esa ideología es “atea, que va mermando las libertades y sobre todo la libertad de conciencia y la libertad religiosa. Yo felicito a quienes están, y estamos orando por México”.
Estos dicho del prelado no fueron bien vistos en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), pues polarizan, y se habló con el obispo para evitar que una situación así se vuelva repetir.
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