Todo apunta para que en este proceso electoral los ciudadanos votemos por la persona y no por un partido en específico.
La razón es simple, la imagen de todos los partidos está muy deteriorada debido al pobre desempeño que han tenido los políticos en sus diferentes puestos de elección popular.
Sin importar al partido que representan, hacen exactamente lo mismo que hicieron sus predecesores como si todos estuvieran cortados con la misma tijera: al llegar a la posición que el pueblo con su voto les confirió, se olvidan del encargo que tienen y se dedican a llevar una vida de privilegios.
Se gastan a discreción el dinero que debería utilizarse para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Otros aprueban leyes a modo para cuidar sus intereses personales. Los que pueden, se suben los sueldos, compran casas palaciegas, invierten en grandes negocios, derrochan el dinero en fiestas y viajan alrededor del mundo mientras sus hijos lo presumen con fotos subidas al Facebook; en fin, roban en despoblado sin que nadie los llame a cuentas porque son los intocables, los sufridos servidores del pueblo.
Como ejemplos podemos mencionar algunos: La Casa Blanca de la Primera Dama (PRI); el torrente de dinero que se “invirtió” en la malograda Línea Dorada del metro (PRD); las concesiones que otorgaba El Niño Verde (PVEM); las fiestas con cargo al erario de los diputados panistas (PAN); el señor de las ligas (PRD); las payasadas millonarias de Hilario Ramírez, “Layin” (PRI); las negociaciones ilícitas del asambleísta Edgar Borja Rangel, que le redituaban millones de pesos (PAN); el dinero que se esfumó de las arcas estatales bajo los dos últimos regímenes de gobierno en Colima (PRI). Y tantos ejemplos que podríamos seguir nombrando aparte de los que no salen a la luz.
Por todo lo anterior el electorado ya no cree en las viejas banderas ni en las nuevas. Los mismos candidatos que actualmente se encuentran en plena campaña proselitista, casi ni mencionan al partido que los ampara, solamente se les ve el color en sus pancartas y en sus camisas, pero ninguno de ellos habla de ideología ni privilegian el nombre de la institución a la que pertenecen como se hacía en los viejos tiempos. Los discursos ya no versan, como antes, en los ideales de la revolución ni en las ideas incendiarias de los viejos fundadores de los partidos; eso ya no sirve, ya no funciona. Los ideales partidistas de izquierda, de derecha o del centro se quedaron enterrados en décadas de corrupción y de pésimos gobiernos, porque los que han tenido la oportunidad de gobernarnos, que van desde humildes ayuntamientos hasta la presidencia de la república, nunca cumplieron a cabalidad con los postulados de sus respectivos partidos.
Así con el voto diferenciado, la mayoría de los ciudadanos votaremos por la persona que más nos convenza, por el que se vea menos mañoso y largo, por el que se vea honesto y sincero. Otros, los que tienen convicción a pesar de todo, seguirán votando por el color de la institución política y otros más votarán como lo hacía mi abuela, por el de la banderita de México.
En un hecho sin precedentes participarán ocho candidatos representando al PRI, PAN, PRD, MC, MORENA, PT, PES y PH estos dos últimos son los más nuevos y los menos conocidos: Partido Encuentro Social y Partido Humanista. El MORENA, Movimiento de Regeneración Nacional también es nuevo pero ya ha sido muy difundido por su fundador que todo el tiempo está en campaña.
Hay de todo como en botica, una abogada joven y muy guapa, un deportista-economista y subsecretario de comunicaciones, un general retirado y doctor en administración pública, un senador con licencia, un licenciado en administración de empresas, un licenciado en derecho, un médico cirujano, un empresario expresidente municipal y expanista.
El abanico de posibilidades está muy interesante. Las campañas apenas empiezan a calentarse, principalmente entre esos dos grandes toros jineteados, toreados y correteados que se llaman Leoncio y Jorge Luis a cuál más de astutos y buscabullas.
En estas elecciones emitiremos nuestros votos en cuatro papeletas, para escoger a nuestro diputado federal, a nuestro gobernador, a nuestro diputado local y a nuestro presidente municipal.
Es importante que identifiquemos muy bien cuáles son los candidatos que más nos convencieron para votar por ellos en los cuatro niveles mencionados
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