Todas las alarmas han saltado en los mercados mundiales tras el hundimiento cercano al 9% en la bolsa china, que ha venido acompañado también de una fuerte caída del dólar y de una huida de las materias primas por parte de unos inversores que se mueven cercanos al pánico.
Los mercados bursátiles europeos se mueven con pérdidas de alrededor del 3%, mientras que sus homólogos asiáticos han caído entre un 4 y un 5% contagiados por lo que ya es un desplome de tres meses en China que amenaza con estar fuera de todo control.
Mientras la renta variable se desploma, refugios como los bonos gubernamentales europeos y divisas como el yen y el euro suben, mientras el miedo a que el gigante asiático provoque una crisis económica global y se desate una guerra de divisas crece.
Pánico inducido por China
"Es un pánico inducido por China", asegura Didier Duret, jefe de inversiones de ABN Amro. "La volatidad va a persistir a menos que veamos mejores dato o que se introduzcan más medidas". El panorama global hace que crezcan las dudas sobre la esperada subida de tipos de interés en EEUU este año, lo que ha hecho que el dólar caiga con fuerza.
"Las cosas comienzan a parecerse a la crisis financiera asiática de finales de los 90. Los especuladores están vendiendo los activos que consideran más vulnerables", explica Takako Masai, jefe de análisis de Shinsei Bank en Tokio.
Las materias primas no se están librando del desplome. Tanto el Brent como el West Texas caen alrededor de un 4%, dejando el petróleo en nuevos mínimos de 6 años y medio. A la sobreabundancia que ya lleva un año presionando los precios se añaden los temores que podría suponer una desaceleración de China, que reduciría mucho la demanda.
Otras materias tampoco se libran. El cobre, que se suele ver como barómetro de la demanda industrial global, retrocede un 2,5% y también se encuentra en mínimos de 6 años. El níquel cae más del 4,5% hasta sus valores más bajos desde 2009.
La gran caída de China
El desplome de la bolsa china de hoy fue el peor desde las profundidades de la crisis financiera en 2009, y elimina las ganancias anuales del mercado, que en junio eran de más del 50%.
El hundimiento de hoy llega con la decepción de los inversores por la ausencia de más medidas de calado este fin de semana tras retroceder un 11% la semana pasada.
Detrás de esa caída estuvo la devaluación de la moneda china realizada a mediados de mes, pero que los expertos creen que podría no ser la última.
"China podría verse forzada a devaluar el yuan todavía más si su economía flaquea, y los mercados están digiriéndola perspectiva de que un yuan debilitado amplifique el impacto negativo de la ralentización de la economía", explica Eji Kinouchi, analista técnico jefe de Daiwa Securities.
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