¿Cuáles pueden ser las causas de tantos cambios desastrosos?
Una de las causas, que me parece la principal, es la escuela sin Dios, y a veces contra Dios.
Antes, eran pocos los que cursaban la secundaria, bachillerato o incluso la licenciatura.
Entonces, eran pocos los que se dejaban envenenar por las enseñanzas inspiradas y controladas por la masonería.
Se vivía la fe que se recibía de los papás y de los abuelos.
La evangelización era poca y temerosa del control de los gobiernos. Pero era suficiente para no caer en tanta corrupción y violencia.
Ahora que la mayoría cursa secundaria con posibilidades de entrar a la preparatoria y hasta la universidad, vive sin religión, sin familia, sin moral: todo está permitido.
Consecuentemente, la ley que dirige la sociedad es “la de la selva”, donde el más fuerte acaba con el más débil.
Esta ley se llama corrupción y violencia. ¿Es difícil comprender esto? ¿sería el remedio quitar la escuela y dejar a todos en la ignorancia?
¡Ciertamente que no!
Los estudios ennoblecen a la persona, permiten el progreso económico, literario y científico. Lo que se necesita es respetar la libertad de creer o no en una religión o pensamiento filosófico. Lo que no se debe permitir es el atropellos los principios fundamentales del hombre.
El creer en un ser sobrenatural que es el principio del universo y que continúa dando vida a los hombres, es fundamental y está en el sentir común de los hombres.
El excluir a Dios en el desarrollo intelectual de la persona va en contra de la naturaleza humana, es acción asesina, que no admite ninguna justificación. Esas escuelas con las puertas cerradas a Dios son la causa del hundimiento de nuestro México.
Según la historia, el primero en traer la masonería agresiva a México fue Gómez Farías, el 1 de noviembre de 1765. De ahí empezaron los desajustes entre los mexicanos. La lucha se vio violenta entre los liberales (masones) y los conservadores (Católicos). Se encrudeció en las guerras de Reformas (1856-1859) y Cristera (1926-1929).
Ya no queda duda que el problema de la enseñanza que dan hoy es más antinatural y destructora. La ideología de genero, que quieren imponer hasta en las escuelas católicas, es un desafío al mismo Dios que nos creó hombres y mujeres. Esta osadía la quieren imponer a todos quitando la libertad a los mismos papás que se oponen a la desviación que quieren imponer a sus hijos.
Debemos oponernos a toda fuerza diabólica por amor a la verdad, a las personas y a México.
Tan solo con la pandemia vemos como a la iglesia se le ha restringido.
Buen día y gracias por leerme!
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