En las imágenes se puede ver a Benedicto XVI recostado en la capilla del monasterio, al pie de una imponente cruz y con reclinatorios para la oración.
El Papa Emérito XVI falleció a los 95 años el 31 de diciembre a las 9:34 a.m. (hora de Roma) en su casa en el interior del Vaticano.
El funeral de Benedicto XVI será presidido por el Papa Francisco el jueves 5 de enero de 2023 a las 9:30 a.m. en la Plaza de San Pedro.
A partir de la mañana del lunes 2 de enero, el cuerpo de Benedicto XVI estará en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan tener “un último encuentro con el Papa Emérito, para saludarlo y para decirle adiós”, informó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Por su parte, el Papa Francisco destacó el 31 de diciembre el “testimonio de fe y de oración” de Benedicto XVI.
Durante el rezo del tradicional Te Deum, Francisco destacó el legado del Papa Emérito Benedicto XVI y agradeció a Dios “por haberlo donado a la Iglesia y al mundo”.
“Solo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia”, señaló entonces el Santo Padre.
El Papa Francisco también agradeció a Benedicto “por todo el bien que realizó, y sobre todo por su testimonio de fe y de oración, especialmente en estos últimos años de su vida retirada”.
Además, el Santo Padre encomendó a la Virgen María al Papa Emérito Benedicto XVI durante la primera Misa del 2023, este 1 de enero, “para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”.
“Hoy confiamos a la María Santísima el amado Papa Emérito Benedicto XVI para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”, improvisó el Papa durante la homilía en la Solemnidad de María Madre de Dios.
Finalmente, durante el rezo del Ángelus este 1 de enero, el Papa Francisco invitó a rezar por Benedicto XVI, quien fue un “fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”.
“En estas horas invocamos su intercesión en particular para el Papa Emérito Benedicto XVI, que ayer por la mañana dejó este mundo. Nos unimos todos juntos, con un único corazón y una única alma, al dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”, dijo el Santo Padre.
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