Los Ayuntamientos ya pasaron su segundo año, muy gris el de Tecomán, Manzanillo y Armería, por cierto de Morena, quienes prometieron un gran cambio donde no habría impunidad, corrupción y violencia.
Tecomán ocupa el primer lugar en desaparecidos, en fosas clandestinas.
Que bueno que ya les queda menos de un año y se van.
Alcaldes gastando el tiempo en denuncias penales, hostigamientos a periodistas, pleitos con los miembros del Cabildo, y uno que otro hasta dijo que son los empresarios locales quienes imponen a los funcionarios, principalmente a los de la corporación policiaca.
Pobre Tecomán, pobre Armería, pobre Manzanillo tan lejos de Dios y tan cercas de sus gobernantes.
Municipios llenos de inseguridad, de violencia, de abusos de autoridad, de impunidad.
Al de Armería le mataron su regidor, a la de Manzanillo atentaron contra su vida y el de Tecomán protector de policías que golpean ciudadanos y periodistas, con un juez cívico a modo. Ninguno cumplió con lo que pregona AMLO, tan solo en Tecomán hay mucho nepotismo.
Los políticos, que no valen la pena mencionarlos pero el pueblo los conoce bien, son políticos que habitan en el paraíso de los privilegios e impunidad y han desarrollado un arsenal de excusas y argucias. Cuando les conviene imitan a los trapenses y se acurrucan tras sudarios de silencio, cuando no les queda otra se inventan excusas rebuscadas o inverosímiles, y cuando se sienten acorralados practican alguna variante del cinismo.
Ya les queda meses como unos de los peores alcaldes que han tenido en Tecomán, Armería y Manzanillo.
¡No te acabes Ayuntamiento que es el año de Hidalgo!
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