sábado, 30 de agosto de 2014

Columnista de El Alacràn

EN CABALLO DE HACIENDA, Y CRÉDITO PÚBLICO.
Ante la terca realidad de que no ha sido aclamado por los colimenses como soñaba, el todavía aspirante a candidato del PRI a la gubernatura de Estado José Ignacio Peralta, ha trascendido, re-dirige su cabalgadura hacia la Secreta ría de Hacienda y Crédito Público del Gobierno Federal para integrarse al primer equi po del titular de esta depen dencia, su mentor, amigo y jefe político Luis Videgaray y Caso, presidenciable para el 2018.
Las encuestas sobre preferencias electorales levantadas aquí hasta a la fecha, no mienten: José Ignacio se encuentra atas cado en el cuarto lugar, lejos del líder de la carrera tricolor, el alcalde de Colima Federico Rangel Lozano, verdad de a kilo que lo está llevando a regresarse por donde vino, pues el aroma a “Pinos” no pegó en Colima. 
Ni las promesas de regalar miles de televisores inteligentes ni el proselitismo que personal de confianza del INJUVE que dirige José Manuel Romero Coello han vendió realizando en el Estado, se han traducido en una mayor aceptación ciudadana para José Ignacio, sino todo lo contrario, pues los muy politizados coli menses reprueban el populismo y la desviación de recursos del erario público a proyectos políticos personales y partidistas.
Por lo visto, a José Ignacio en nada le ayudó el haber recu perado el apellido materno ni el que sus patrocinadores le hayan atribuido la autoría de la nueva Ley de Telecomunicaciones cuyo diseño original, en todo caso, correspondía al de un caballo y los legisladores federales terminaron convirtiéndola en un drome dario. En vano intentó de jalarle aire, los estrategas peraltistas planea ron deslindarlo de quienes, como el ex gobernador Fernando Moreno Peña, puros negativos le han generado.
Por supuesto que nadie se fue con tan burda finta.
El tan celebrado convivio gastronómico, etílico y musical que para lanzar la candidatura de José Ignacio le tuvo lugar a fines de mayo anterior en Manzanillo, fue mucho ruido y pocas nueces, pues su anfitrión, Virgilio Mendoza Amezcua, a quien el periódico de la campaña peraltista daba como aliado incondi cional, enfilado está a contender por el mismo cargo abandera do por el PAN.
En el mismo caso están el oriundo de Placeres del Oro, Nabor Ochoa López; y el presidente de la Comisión de Puertos y Marina Mercante de la Cámara de Diputados Arnoldo Ochoa González, quien se ha ganado a pulso el respaldo de los miembros de la influyente comunidad portuaria de Manzanillo, bastión que José Ignacio presumía como exclusivamente suyo.
Hasta la senadora Mely Romero Celis que había sido tratada por los porristas de José Ignacio como mera dama de acompaña miento de éste, se ha tomado en serio su participación en la carrera tricolor rumbo al 2015, y ya la considera su patrocinador como la solución ideal ante el entrampamiento de José Ignacio, máxime que su candidatura le permitiría a su suplente Hilda Ceballos Llerenas cobrar tres muy jugosos años como senadora.
Al final de la historia, José Ignacio les dará la razón a sus más convencidos admiradores que siempre han machacado que a él no le interesa ni le gusta Colima, poca cosa, que enfilado está hacia una Secretaría de Estado, que no cometería el error de embarcarse en una administración estatal que es un desastre financiero y operativo, ni venir a una Entidad donde impera la violencia y una sarta de problemas económicos, sociales y de toda índole, que terminarían por desquiciarlo. 
Por estas y muchas razones más, José Ignacio Peralta va en caballo de hacienda de regreso a la capital de la República, donde por lo visto sus amigos, lo tienen muy en alto.

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