México D. F., a 29 de junio de 2015.- El senador y presidente de la Confederación Nacional Campesina, Manuel Cota Jiménez, rindió homenaje a Javier Rojo Gómez en el 119 aniversario del natalicio del ilustre hidalguense, quien presidió la CNC en el período de 1962 – 1965.
De esta forma el senador por Nayarit participó en la Guardia de Honor ante el monumento del abuelo del diputado federal José Antonio Rojo García de Alba, actual secretario de Acción Política de la CNC y presidente de la Comisión de Festejos del Centenario de la Ley Agraria en México.
Manuel Cota Jiménez estuvo con el gobernador de Hidalgo, José Francisco Olvera Ruiz, quien encabezó la ceremonia realizada en la ciudad de Huichapan de esta entidad, en la que también participó Augusto Gómez Villanueva, quien evocó el gran amor al campo que siempre tuvo el homenajeado.
Para el dirigente de la CNC, Don Javier Rojo Gómez será recordado como un hombre positivo, servicial, preocupado por las clases sociales menos favorecidas. Para las presentes y futuras generaciones, agregó, es y seguirá siendo un ejemplo de nacionalismo y rectitud en todas las responsabilidades que le fueron encomendadas.
Recordó que su biografía sintetizada nos indica que su primer cargo de elección popular, fue como diputado local. Inmediatamente después, fue electo diputado federal y en forma sucesiva llegó al Senado de la República. También fue Juez de Distrito, Gobernador de Hidalgo, Jefe del Departamento del Distrito Federal y Embajador de México en Japón. Tuvo el gusto y la satisfacción de ser Secretario General de la Confederación Nacional Campesina y Gobernador del Territorio de Quintana Roo.
En su desempeño como gobernante en Hidalgo, en el Distrito Federal y en Quintana Roo, se caracterizó por su preocupación por la educación pública y el desarrollo de programas para la producción de alimentos en todas y cada una de las comunidades rurales.
Impulsó la construcción de escuelas y bibliotecas populares, los campesinos de las tres entidades siempre recibieron los beneficios de programas sociales, de distribución de la tierra y, de manera muy importante, un trato sin distinción de clases, de asuntos religiosos ni de filiación política.
Cabe recordar que el licenciado Adolfo López Mateos tenía en alta estima a Don Javier Rojo Gómez, y fue así como le confió ser el dirigente de nuestra gloriosa Confederación Nacional Campesina para el periodo de 1962 – 1965, sabedor de que sería un defensor natural de los campesinos del país y que habría reciprocidad y la suficiente confianza de parte de los productores del campo hacia su dirigente.
Por otra parte, al término de la gestión en la dirigencia de la principal organización campesina del país, Don Javier Rojo Gómez, resumió que uno de los logros fundamentales en los tres años que lideró a la CNC, fue mantener la unidad del sector campesino. Esto se obtuvo a través de enarbolar las más limpias banderas de la Revolución, sustentando las mejores y más avanzadas tesis de nuestro movimiento social y poniendo el apasionado esfuerzo de los campesinos al servicio de esas causas.
De igual manera, asentó Don Javier en su informe, se impulsó la organización en el campo, como una forma para pedir, exigir y lograr una mayor agilidad a los sistemas de servicios institucionales, con una cobertura universal. La organización es la llave que abre puertas para el desarrollo rural.
Para fortalecer el esquema jurídico y representativo de la CNC como organización campesina y avanzar en los sistemas productivos y como órgano de apoyo del Partido Revolucionario Institucional, se perfeccionaron los Estatutos, el Programa de Acción y la Declaración de Principios.
Finalmente, con el apoyo de autoridades, abogados y notarios públicos, se instituyó a la CNC como una organización con personalidad jurídica para desenvolverse en todos los ámbitos de la actividad económica, social y política, siempre en defensa de los derechos de los campesinos.
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