JAVIER MONTES CAMARENA
Columnista del Bisemanario EL ALACRAN DE TECOMAN
La manera de morir puede ser más triste que la propia muerte
Marcial
Déjenme decirles que la pregunta de hoy no es cuántos meses le quedan a la administración anguinista, sino cuántos funerales le faltan. Sin duda con broche de plomo, corrupciones y autismo político cerrara su sexenio Mario Anguiano Moreno…al tiempo.
El autoelogio es hasta ahora el balance de la gestión anguianista, pero la realidad (y la realidad, en estos días, es sinónimo de calamidad) se encargará de poner en su lugar a un tenedor de libros y exhibir el desastre financiero, de inseguridad, violencia, extrema ingobernabilidad, corrupción, impunidad inagotable y la peor de las certezas llegado el momento del término de su sexenio, mismo que no supone el fin de la tragedia.
La caída del telón no podría ser otra. Desde que arribó a Casa de Gobierno, Mario renunció a su mandato, dejó que el ejecutado ex gobernador Silverio Cavazos continuará mandando y él aficionarse al trago, a la disipación, a los negocios chuecos, a dejar que sus hermanos Nabor Ochoa, su íntimo amigo Jesús Orozco Alfaro, Don Rafa Gutiérrez, Óscar Zurroza, René Chávez y Guillermo Adamé dispusieran del poder y del dinero de las arcas públicas, sin duda, todos se irán como él, millonarios, todos con las manos sucias, todos como verdaderos sinvergüenzas.
En su aturdimiento, se confecciona un traje de policía de los tesoros y se va con lápiz en mano a “hacerse cargo personalmente de las cuentas del gobierno”, en su locura busca a los ladrones y ordena traer de regreso a Blanca Isabel Ávalos Fernández (de muy mala fama pública) para que ocupe la secretaría de Finanzas y Administración en forma honoraria ya que él será el responsable de las finanzas estatales hasta el cierre de esta tragedia.
Son ya cinco secretarios de finanzas que han pasado por este gobierno corrupto: Omar Magaña (quien dos horas después de su nombramiento “renunció” al ver el cochinero que dejaba Silverio Cavazos Ceballos donde precisamente Blanca Isabel Ávalos Fernández fungía como titular de finanzas), Francisco Osorio Cruz, otro de los beneficiados con los dineros de los colimenses, Jesús Orozco Alfaro, el más corrupto y quien dejó a su <amigo> Mario Anguiano en la ruina financiera de su gobierno para irse a la API donde también salió por lo mismo: por corrupto. Siguió Clemente Mendoza Martínez a quien muy pronto se le conocerán sus propiedades y finalmente llega quien sabe ocultar muy bien las raterías, doña Blanca Isabel, a quien le dicen <Doña Rafita con faldas>. Qué bonita familia priista.
No es para menos, las cosas se han venido haciendo al revés. Mario Anguiano se fue a disfrutar de sus ranchos (algunos mal habidos), de sus finos caballos, a viajar cada fin de semana fugándose como colegial a darle rienda suelta al amor de “estudiante”, a degustar caros wiskis acompañado de la banda musical arriba de su cuaco Pavito y gritarle a los ciudadanos colimenses < Quién los quiere más que yo hijos de la chingada >. Al Vaquerito Marlboro le quedó grande la gubernatura.
Una y otra vez Mario Anguiano Moreno desoyó la exigencia de los colimenses quienes le pedían tan siquiera estar sobrio para intentar gobernar. Sigue sin escuchar, sigue en la fiesta tratando de olvidar, escondiéndose para no ser blanco de sus enemigos (y vaya que son de cuidado). Mario en cinco años dejó de hacer lo necesario para reponer el Colima seguro, preponderante, devolverle la seriedad al Poder Ejecutivo Estatal, al contrario, insertó a su Gobierno como el más pernicioso junto con el que lo impuso en Casa de Gobierno.
Asombra que el mandatario colimense no acabe de entender que perdió (desde siempre) el control político de su partido, Mario, es un remedo de político, por eso, más allá de cuántos funerales faltan para concluir su sexenio, urge saber si el PRI cuenta en sus filas con alguien con la visión, la honradez, la estrategia y los instrumentos para privilegiar la vida, el derecho, la libertad y el desarrollo por encima de la violencia criminal que agobia a Colima.
Importa porque, hasta al cuarto para las doce el Gobernador Mario Anguiano Moreno, se quiere hacer < responsable > de su gobierno, vaya desfachatez, el mandatario se empeña en diversificar los temas financieros para tender un manto sobre el cementerio que lega, evocando que fue “Premio Peña Colorada” sin darse cuenta que su pésimo actuar han desprestigiado totalmente ese reconocimiento como para no volver a confiar a quienes se les haya otorgado. Vaya aportación.!!
Faltan escasos trece meses para dar por concluido uno (el anterior fue el del asesinado gobernador Silverio Cavazos Ceballos) de los capítulos más negros de la historia reciente de Colima, por ello, es menester alentar la idea de realizar la hazaña de colocar en los rieles de Palacio de Gobierno la honradez, la concordia, la inteligencia y la personalidad de alguien que deje correr el desarrollo político, económico y social, en la vía de la libertad, la justicia y el derecho.
La estancia de Mario Anguiano Moreno en el Gobierno de Colima es insostenible, el Gobierno federal tiene la oportunidad de meter a la cárcel a otro Gobernador, este de su partido (PRI), si no se actúa, el porvenir de Colima será todavía más incierto y el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto quedará como cómplice de las raterías y las complicidades del actual titular del Gobierno estatal de Colima.
Ahí se ven.
La manera de morir puede ser más triste que la propia muerte
Marcial
Déjenme decirles que la pregunta de hoy no es cuántos meses le quedan a la administración anguinista, sino cuántos funerales le faltan. Sin duda con broche de plomo, corrupciones y autismo político cerrara su sexenio Mario Anguiano Moreno…al tiempo.
El autoelogio es hasta ahora el balance de la gestión anguianista, pero la realidad (y la realidad, en estos días, es sinónimo de calamidad) se encargará de poner en su lugar a un tenedor de libros y exhibir el desastre financiero, de inseguridad, violencia, extrema ingobernabilidad, corrupción, impunidad inagotable y la peor de las certezas llegado el momento del término de su sexenio, mismo que no supone el fin de la tragedia.
La caída del telón no podría ser otra. Desde que arribó a Casa de Gobierno, Mario renunció a su mandato, dejó que el ejecutado ex gobernador Silverio Cavazos continuará mandando y él aficionarse al trago, a la disipación, a los negocios chuecos, a dejar que sus hermanos Nabor Ochoa, su íntimo amigo Jesús Orozco Alfaro, Don Rafa Gutiérrez, Óscar Zurroza, René Chávez y Guillermo Adamé dispusieran del poder y del dinero de las arcas públicas, sin duda, todos se irán como él, millonarios, todos con las manos sucias, todos como verdaderos sinvergüenzas.
En su aturdimiento, se confecciona un traje de policía de los tesoros y se va con lápiz en mano a “hacerse cargo personalmente de las cuentas del gobierno”, en su locura busca a los ladrones y ordena traer de regreso a Blanca Isabel Ávalos Fernández (de muy mala fama pública) para que ocupe la secretaría de Finanzas y Administración en forma honoraria ya que él será el responsable de las finanzas estatales hasta el cierre de esta tragedia.
Son ya cinco secretarios de finanzas que han pasado por este gobierno corrupto: Omar Magaña (quien dos horas después de su nombramiento “renunció” al ver el cochinero que dejaba Silverio Cavazos Ceballos donde precisamente Blanca Isabel Ávalos Fernández fungía como titular de finanzas), Francisco Osorio Cruz, otro de los beneficiados con los dineros de los colimenses, Jesús Orozco Alfaro, el más corrupto y quien dejó a su <amigo> Mario Anguiano en la ruina financiera de su gobierno para irse a la API donde también salió por lo mismo: por corrupto. Siguió Clemente Mendoza Martínez a quien muy pronto se le conocerán sus propiedades y finalmente llega quien sabe ocultar muy bien las raterías, doña Blanca Isabel, a quien le dicen <Doña Rafita con faldas>. Qué bonita familia priista.
No es para menos, las cosas se han venido haciendo al revés. Mario Anguiano se fue a disfrutar de sus ranchos (algunos mal habidos), de sus finos caballos, a viajar cada fin de semana fugándose como colegial a darle rienda suelta al amor de “estudiante”, a degustar caros wiskis acompañado de la banda musical arriba de su cuaco Pavito y gritarle a los ciudadanos colimenses < Quién los quiere más que yo hijos de la chingada >. Al Vaquerito Marlboro le quedó grande la gubernatura.
Una y otra vez Mario Anguiano Moreno desoyó la exigencia de los colimenses quienes le pedían tan siquiera estar sobrio para intentar gobernar. Sigue sin escuchar, sigue en la fiesta tratando de olvidar, escondiéndose para no ser blanco de sus enemigos (y vaya que son de cuidado). Mario en cinco años dejó de hacer lo necesario para reponer el Colima seguro, preponderante, devolverle la seriedad al Poder Ejecutivo Estatal, al contrario, insertó a su Gobierno como el más pernicioso junto con el que lo impuso en Casa de Gobierno.
Asombra que el mandatario colimense no acabe de entender que perdió (desde siempre) el control político de su partido, Mario, es un remedo de político, por eso, más allá de cuántos funerales faltan para concluir su sexenio, urge saber si el PRI cuenta en sus filas con alguien con la visión, la honradez, la estrategia y los instrumentos para privilegiar la vida, el derecho, la libertad y el desarrollo por encima de la violencia criminal que agobia a Colima.
Importa porque, hasta al cuarto para las doce el Gobernador Mario Anguiano Moreno, se quiere hacer < responsable > de su gobierno, vaya desfachatez, el mandatario se empeña en diversificar los temas financieros para tender un manto sobre el cementerio que lega, evocando que fue “Premio Peña Colorada” sin darse cuenta que su pésimo actuar han desprestigiado totalmente ese reconocimiento como para no volver a confiar a quienes se les haya otorgado. Vaya aportación.!!
Faltan escasos trece meses para dar por concluido uno (el anterior fue el del asesinado gobernador Silverio Cavazos Ceballos) de los capítulos más negros de la historia reciente de Colima, por ello, es menester alentar la idea de realizar la hazaña de colocar en los rieles de Palacio de Gobierno la honradez, la concordia, la inteligencia y la personalidad de alguien que deje correr el desarrollo político, económico y social, en la vía de la libertad, la justicia y el derecho.
La estancia de Mario Anguiano Moreno en el Gobierno de Colima es insostenible, el Gobierno federal tiene la oportunidad de meter a la cárcel a otro Gobernador, este de su partido (PRI), si no se actúa, el porvenir de Colima será todavía más incierto y el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto quedará como cómplice de las raterías y las complicidades del actual titular del Gobierno estatal de Colima.
Ahí se ven.
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