El Papa Francisco ha solicitado a todos los católicos que hagan un esfuerzo especial en el mes de mayo para rezar el rosario, sabiendo que al hacerlo se unirán a los fieles de todo el mundo pidiendo la intercesión de María para detener la pandemia del coronavirus COVID-19.
Igualmente el Papa ha agregado dos oraciones para ser recitadas al final del Santo Rosario.
Al respecto, en una carta dirigida a todos los católicos y publicada por el Vaticano el 25 de Abril, el Papa Francisco ha expresado lo siguiente:
"El mes de Mayo, es un mes que, por tradición, ha sido dedicado a la Virgen María y muchos católicos ya tienen la costumbre de rezar el rosario en casa durante el mes".
"Las restricciones de la pandemia nos han hecho apreciar más este aspecto ´familiar´, también desde un punto de vista espiritual."
"Contemplar el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra madre, nos hará aún más unidos como familia espiritual y nos ayudará a superar este tiempo de prueba".
"Ustedes pueden elegir, según la situación, rezarlo juntos o de manera personal, apreciando lo bueno de ambas posibilidades. Pero, en cualquier caso, hay un secreto para hacerlo: la sencillez; y es fácil encontrar, incluso en internet, buenos esquemas de oración para seguir"
El Papa Francisco escribió dos oraciones a María que pueden ser recitadas al final del rosario, oraciones que dijo que recitaría "en unión espiritual con todos los fieles".
Ambas oraciones reconocen la cercanía de María a los seguidores de su hijo y piden su protección y su intercesión, así como intercedió ante Jesús en nombre de los recién casados de Caná que se habían quedado sin vino para su fiesta de bodas.
"Sabemos que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, la alegría y la celebración regresen después de este tiempo de prueba", dice una de las oraciones.
Las oraciones del Papa Francisco también incluyen intenciones específicas para los enfermos, para los que los cuidan, para los que han muerto y los que están de luto por ellos, para los científicos que buscan curas y vacunas y para los líderes del gobierno que deben encontrar una manera de proteger a su pueblo.
El Papa Francisco además ha garantizado sus oraciones para todos nosotros, el pueblo de Dios, y dijo que estará orando "especialmente por los que más sufren".
Al igual que en muchas ocasiones, el Papa también ha pedido:
"Recen por mí. Les agradezco y los bendigo de corazón".
En nuestro canal de Youtube se estará rezando el Rosario a diario agregando estas dos oraciones que ha compuesto el Papa Francisco a María pidiendo por el fin del coronavirus.
Oraciones del Papa Francisco para ser recitadas después del Rosario
1. Oración a María para el Rosario
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como un signo de salvación y esperanza.
A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos, que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del pueblo romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que lo concederás para que, como en Caná de Galilea, vuelvan la alegría y la fiesta después de esta prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que Jesús nos dirá, Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo y se cargó de nuestros dolores para guiarnos a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
2. Oración a María para el Rosario.
«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».
En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.
Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.
Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.
Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.
Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.
Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.
Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.
Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.
Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén. (pildorasdefe.net)
No hay comentarios:
Publicar un comentario