Las presiones de Estados Unidos para llevarse a Joaquín El Chapo Guzmán ya comenzaron: el primer en levantar la voz fue el director de la Oficina Federal Antidrogas (DEA) en Chicago, Jack Riley.
En declaraciones al diario Suntimes, el funcionario recordó que el líder del Cártel de Sinaloa detenido esta mañana en un hotel de Mazatlán, Sinaloa, después de una persecución de dos semanas es considerado el “enemigo público número uno” por las autoridades judiciales de Illinois.
“Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que sea juzgado aquí”, dijo.
Riley subrayó que si bien el narcotraficante mexicano que fue recapturado luego de 13 años tiene causas abiertas en varias jurisdicciones federales de Estados Unidos, “nosotros tenemos el caso más fuerte”.
Según la DEA, miembros del cártel trabajan en el área de Chicago importando significativas cantidades de marihuana, cocaína y metanfetaminas para venderlas a toda la región, recolectando a su vez decenas de millones de dólares que son enviados de contrabando a México.
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