miércoles, 13 de febrero de 2019

¿Conspiración? ¿persecución en el magisterio?

El columnista Humberto Silva Torres ha publicado que el caso de la maestra Karla Victoria Velázquez Rodríguez merece un espacio para el análisis.
Continua escribiendo que "Hace poco más de dos meses enfrenta una seria dificultad dentro del sistema educativo con clara afectación a su imagen como a su desarrollo profesional. Su historia requiere situarse en el contexto de esa política magisterial tan proclive a recrear los vicios del régimen autoritario que beneficia o perjudica según lo establezca la coyuntura. Bajo esa lógica, el manual de las viejas prácticas pone a disposición los recursos necesarios para orientar el "aparato" a conveniencia exclusiva de los influyentes. En la actualidad, la maestra Velázquez acumula un engrosado expediente de 60 páginas en donde se le acusa -sin criterios que aporten las más elementales pruebas- de hostigamiento, bullyng y daño psicológico. Pese a la burda fabricación de transgresiones a la norma, hay un factor que sirve de contrapeso a la evidente injusticia que se comete: las credenciales académicas de la maestra Karla le resultan verdaderamente favorables".
Pedagoga de profesión, Velázquez Rodríguez es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Colima de la cual también es catedrática y recientemente nombrada asesora pedagógica de la Escuela Técnica de Enfermería. La sólida formación que ha labrado en pocos años la motivó a concursar por una plaza de directora de escuela primaria en 2016 y, tras aprobar el examen de conocimientos, finalmente obtuvo su clave. En su primera misión fue asignada al municipio de Tecomán y posteriormente (esto ya en septiembre de 2018) reubicada como directora de la escuela primaria Miguel Galindo de la delegación de Jalipa, en el municipio de Manzanillo. 
Por las circunstancias que atraviesa, la hoja curricular de la maestra Karla refleja su valía no tanto por su último grado de estudios sino porque, en la cronología académica, se puede distinguir la ausencia de padrinazgos políticos; es decir, a diferencia del antiguo ritual de ingreso, no requirió del tráfico de influencias para obtener la posición que hoy defiende.

En lo personal tengo el gusto de conocerla cuando era la directora del plantel educativo de primaria Carlos Virgen, ubicada en la colonia Cofradía de Juárez de Tecomán, muy activa, consciente, de las pocas que abren espacios a los medios de comunicación porque nada tiene que ocultar, es amable y siempre dispuesta a dar entrevistas o incluso a sumarse a actividades de asociaciones para coadyuvar en favor de los demás.

El columnista sigue escribiendo 

LOS INTRUSOS

Como sucede con muchos docentes que se incorporan a la Secretaría de Educación a través de exámenes de habilidad y del conocimiento, la doctora Velázquez respeta la estructura jerárquica de la dependencia, mas guarda distancia entre la delgada línea que divide la relación profesional y las filias partidistas tan comunes en engranaje de la burocracia. La analogía nos remonta a un incidente que significó el punto de partida de esta asechanza: en noviembre pasado, durante el proceso de elección del secretario General del Sindicato Sección 6, Karla desafió la regla de la votación unánime al proponer métodos más democráticos y transparentes. El comentario no cayó bien entre la planilla del virtual delegado sindical por lo que, desde ese momento, fue objeto de señalamientos relacionados con su ideología. Y es que, en los comicios presidenciales, la doctora fue activa promotora de las Redes Sociales Progresistas, una vertiente del magisterio que respaldó las aspiraciones del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. Ese antecedente ha sido el motivo para desautorizar cualquiera de sus posicionamientos, aunque también le ha significado una causa de marginación.
Sin el respaldo de la base sindical (o quizás en contra) Karla enfrenta la conspiración de un grupo perfectamente alineado para mantener el control de su escuela. Participan en él una madre de familia con un asombroso lenguaje técnico en los escritos remitidos a las autoridades, un pseudo periodista que injuria desde su limitada visión, y desde luego a los maestros que reaccionaron en contra de la directora por requerirles -entre otras cosas- puntualidad, respeto a los alumnos, formatos de incapacidad, una impresora faltante en el inventario, un remanente de 14 mil pesos; pero también por solicitar la cancelación de la caja chica y oponerse a la suspensión de clases para festejar el cumpleaños del supervisor Javier Larios Nogueda, padre por cierto, de uno de los quejosos.
Así las cosas, el 10 de enero de 2019 el subdirector de Educación Primaria, Óscar Hernández Lagunes, expidió el oficio SEP/001/2019 en el que señala que a partir de esa fecha “por necesidades del servicio y hasta nuevo aviso, deberá presentarse a laborar a la Subdirección de Educación Primarias en donde quedará adscrita”.
Desde esa fecha, la doctora Karla Victoria se presenta todos los días al área indicada sin una función específica ni un horario definido. Para personas con vocación magisterial como es su caso, dicha comisión resulta equivalente a una inhabilitación o castigo. Para otras tantas (de quienes ya ha tomado registro) representa el beneficio de la corrupción.

He compartido en mi espacio estas palabras que escribe Humberto Silva Torres en su columna CONTRAVIENTO, porque conozco a una de mis asiduas lectoras Karla Victoria Velázquez Rodríguez, mujer muy capaz y maestra ejemplar, para decirle que no esta sola frente, a pseudo periodista y grupo conspirador, como lo dice Humberto.

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