México, D.F.- El senador Manuel Barttlet Díaz, del PT, señaló públicamente que décadas de reformas estructurales han reducido la presencia del Estado en la actividad económica ampliando la participación empresarial en todos los sectores de la economía, abandonando el Proyecto de Nación pactado en la Constitución.
Indicó que la autonomía del Banco Central, despoja al Gobierno del manejo del dinero, el cual obligado a disciplina fiscal, abandona la inversión social y en sectores estratégicos. Aseguró que los tratados de libre comercio; liberalización financiera; la ley de asociación públicas y privadas que introduce al sector privado en todos las áreas de la economía, en salud, educación, en los servicios públicos, están obligando a la población a pagar por lo que debería de ser responsabilidad pública.
Agregó que la Reforma Laboral que elimina prestaciones, "abarata el despido, sacrificando la fuerza laboral en favor del gran capital". Acusó que la iniciativa de reforma energética conllevará a las empresas transnacionales a apropiarse y exportar la riqueza energética, comprometiendo el abasto nacional y el ingreso de las próximas generaciones. "Desigualdad y dependencia crecientes. Ese es el proyecto de Peña Nieto, antisocial y entreguista", apuntó.
Aseveró que la Reforma Financiera, "profundización neoliberal", en lugar de regular al sector causante de crisis internacionales y nacionales, propone fortalecerlo para que siga lucrando a costa del sector productivo, del Estado y de los trabajadores.
Es falso que esta Reforma incrementará el crédito, dijo, bajará su costo e impulsará el crecimiento y el empleo. En la misma, aseveró, se modifican leyes y se crean otras para ampliar la extranjerización y aumentar el poder sobre el país de los grandes bancos extranjeros. "Se anula el poder de regularlo, ejemplo de su hegemonía es esta Reforma en la que el gobierno se doblega ante sus intereses", asentó.
Manifestó que esa Reforma ignora las ganancias "desproporcionadas" que obtiene el sector, y nada intenta ante su negación de créditos al sector agrícola y manufacturero, "ni su disfuncionalidad en la dinámica económica".
Sobre la banca de desarrollo, dijo que se redefine en torno a criterios de mercado y rentabilidad, por lo cual el país seguirá sin tener banca que impulse la producción y el empleo. Declaró que es una falacia la afirmación de que la competencia incrementará el crédito y bajará la tasa de interés.
Agregó que el libre mercado provocó tener menos industria, menos agricultura, menos economía formal, a crecer menos que la media de los países de América Latina, a tener una banca y una economía extranjerizada, "un Gobierno con menos empresas públicas, incapaces de satisfacer demandas de empleo y bienestar. Libre mercado, cuando dominan estructuras oligopólicas en toda la economía, especialmente en el sector bancario".
Advirtió que no bajarán las tasas de interés, ni crecerá el crédito, ni la economía con esta reforma financiera. "Los créditos que promete, se realizarían si las empresas ofrecen garantías crediticias. El que no tenga garantías, seguirá sin ser sujeto de crédito. Las empresas no demandarán crédito, pues no tienen asegurado el ingreso para pagar y no desearán a arriesgar sus reducidos activos. No habrá expansión crediticia ni el crecimiento ofrecido", afirmó.
Abundó que las reformas estructurales y sus políticas económicas no generarán ingreso a las empresas ni a los individuos para ser sujetos de crédito. "La banca con reforma o sin reforma sólo presta si tiene asegurado el pago y la política económica no lo asegura, pero la Reforma Financiera no cuestiona la política macroeconómica responsable, la banca seguirá por tanto, sin prestar, pero más fortalecida por las instituciones públicas doblegadas a sus intereses", observó.
Añadió: "La Reforma facilita al sector financiero que expanda mayores servicios y seguirá especulando y lucrando, generando más crisis. Mientras que hoy en todo el mundo se busca regular al sector, aquí se impulsa mayor desregulación, legislar a favor de prácticas económicas que han desquiciado la economía, en vez de definir políticas que incrementen el ingreso de las empresas e individuos, para que puedan reembolsar, que no caigan en cartera vencida y sean embargadas. La reforma busca que la banca cobre lo más rápido posible a través de garantías o embargos a costa de la mayor descapitalización de los deudores".
Manifestó que la Reforma se basa en la determinación que el causante de la insolvencia es el deudor que no quiere pagar, por lo que fortalece al acreedor para que cobre de forma expedita. No se cuestiona la política económica, dijo, verdadera causante de los problemas de cartera vencida. Acusó que la política económica vigente es intocable en la Reforma, no ataca el problema de raíz, detrás de la restricción crediticia, de la insolvencia y de las altas tasas de interés de la banca.
La reforma protege al acreedor, señaló, no a la empresa con problemas de pago, continuó, desatendiendo la generación de empleos que esta realiza, se facilita su liquidación, prueba que los intereses del capital por encima de valores y equilibrios, son el objetivo de la reforma.
Subrayó que la Reforma contempla la figura de la autocorrección, de detectar irregularidades en el sistema financiero, olvidándose que en 2008-09 las autocorrecciones fueron inexistentes. Insistió que el sector financiero no se autorregula, arriesga, especula, de lo cual derivan las crisis recurrentes producto de la desregulación.
Destacó que la Reforma apoyará en forma ágil y expedita a las instituciones bancarias con problemas, procurará maximizar la recuperación del valor de los activos que caigan en insolvencia, que la banca no pierda, se establece otro rescate bancario de presentarse otra crisis, lo que se traducirá en mayor deuda y presiones sobre las finanzas públicas, donde se socializará de nuevo el costo de la crisis bancaria.
Supuestamente, dijo, se modernizan las sociedades de inversión, dando poderes plenipotenciarios a un único socio fundador, facultado a tomar las decisiones que corresponderían a la asamblea de accionistas. Además, señaló, se elimina la toma de decisiones a través de las asambleas de accionistas, colocando a éstos sólo como receptores de los rendimientos o pérdidas que generen sus activos, sin poder decidir sobre sus inversiones; dejan la decisión al mercado y al socio fundador.
Consideró que la Reforma Financiera abre totalmente la inversión de recursos fuera del país, en compra de acciones especulativas, de acciones o bonos de sectores no productivos, ni prioritarios para el impulso de la dinámica nacional y del empleo. Aseveró que la Reforma Financiera deja desprotegidos a los inversionistas, frente a las decisiones de un socio fundador, sin ninguna responsabilidad.
Enfatizó que la Reforma Financiera establece un “régimen” para que gobiernos extranjeros puedan participar en el capital social de sociedades operadoras de sociedades de inversión, sociedades distribuidoras de acciones de sociedades de inversión y sociedades valuadoras de acciones de sociedades de inversión; permite, dijo, mayor penetración e injerencia de los gobiernos extranjeros en decisiones financieras en México, lo cual se evidencia con la participación de despachos de los países de origen al que pertenecen los bancos que operan en México.
Advirtió que la reforma profundiza la presencia del capital extranjero en la economía, para asegurar un flujo de recursos que requiere la economía nacional dominantemente financiera. Además, señaló, la mayor participación del capital extranjero en los diferentes sectores de la economía "le ha conferido creciente poder económico y político capaz de lograr que las políticas económicas respondan a su favor, lo que acentuará los niveles de concentración de la riqueza y del ingreso, aumentado la dependencia, la marginalidad, la pobreza y la violencia".
Afirmó que la Reforma Financiera "permitirá alianzas y fusiones entre los grupos financieros para, supuestamente, generar ventajas competitivas frente a otros adversarios internacionales, siendo que dichos supuestos adversarios, son los que penetran. Facilitar el mayor crecimiento y tamaño de las entidades financieras, conducirá a aumentar su capacidad de potenciar las acciones especulativas que terminan desquiciando los mercados financieros y las economías".
Finalizó: "La reforma debe ser votada en contra en lo general porque lejos de encausar soluciones a nuestros agudos problemas económicos y sociales, los perpetuará en una ruta catastrófica. La reforma define claramente al actual Gobierno como antinacional y elitista". (www.activista.mx/Martín Flores Contreras Corresponsal Distrito Federal)
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