Ni la fuerte lluvia, ni los insultos de algunos automovilistas que pretenden cruzar el puente ni mucho menos la amenaza de un desalojo violento de las fuerzas federales doblegan a las más de 300 personas que cumplen con su tercer día de bloqueo del puente Coahuayana, el cual divide Colima con Michoacán.
Los manifestantes siguen firmes en su postura de no retirarse hasta que no dejen libre a José Manuel Mireles y más de 80 de sus compañeros, este lunes algunos de ellos mostraron su indignación por la forma de que el gobierno federal quiere doblegar al doctor Mireles.
“Es una provocación del gobierno, es falso que Mireles traía droga, el gobierno anda buscando y va encontrarnos y no con las manos cruzadas” dijo Macario un hombre cuarentón de la zona indígena de La placita que con un pedazo de palo en mano advierte que no le temen al gobierno.
Una fuerte lluvia azotó la zona de Coahuayana por lo que los manifestantes acondicionaron toldos para protegerse “pues esto va pa´largo” dicen algunos.
El rumor de que de un momento a otro pudieran ser desalojados con violencia de partes de fuerzas federales, los mantiene a la expectativa y preparados para defenderse.
Los comunitarios permiten la circulación de vehículos solo los que transportan familias y ambulancias, los vehículos oficiales incluyendo de las fuerzas armadas no se les permite el paso.
Habitantes del Ranchito, Michoacán y sus alrededores llevan más de cinco horas sin poder cruzar el puente que limita Colima de Michoacán a consecuencia del bloqueo realizado por comunitarios que exigen al Gobierno Federal la libertad de su lider moral el doctor José Manuel Mireles.
Cayo la noche y solo las ambulancias y enfermos que transiten en vehículos particulares pueden cruzar el puente. Los demás ahí permanecen y comunitarios aseguran que el bloqueo seguirá hasta que el Gobierno Federal libere al médico de profesión José Manuel Mireles.
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