jueves, 6 de marzo de 2014

PECATAS MINUTAS

Prof. Gilberto Moreno Larios
Legalizar la marihuana
“Si México es el trampolín de las drogas, Estados Unidos es la Alberca…” La anterior frase fue pronunciada hace más de 45 años por el entonces presidente de México Gustavo Díaz Ordaz. La anécdota en la que participaron los mandatarios de aquí y del otro lado, vista a través de los años tiene un cierto matiz de añoranza. Se dice que Lyndon B. Johnson reprochó en tono molesto al mandatario mexicano lo que consideraba un desastroso e ineficaz combate de las autoridades nacionales contra los traficantes de drogas, como siempre. A lo que el Presidente de México contestó con la frase que ahora es célebre. 
Gustavo Díaz Ordaz catalogado ahora como uno de los políticos más nefastos que ha tenido México, por la página negra que le tocó escribir en la historia nacional durante los acontecimientos del 68, era un hombre muy astuto y en su momento destacó la importancia de señalar que México no era el problema, en todo caso, era un problema de salud Pública de los gringos. Luego entonces, la intensa actividad de los narcotraficantes, que ya desde entonces se daba, era propiciada por el gigantesco y sediento mercado de los Estados Unidos.
Hoy las cosas han cambiado. Por la desdichada suerte que nos tocó al estar geográficamente tan cerca de los Estados Unidos, seguimos siendo el trampolín y la plataforma de lanzamiento de las drogas para que los gringos se sigan atascando en ellas. Pero ahora no sólo impulsamos el negocio para que ellos la consuman, con el paso del tiempo hemos aprendido a producirla, procesarla, empaquetarla, sintetizarla, transportarla, venderla y lo que es peor, aprendimos a consumirla. Todo fuera de la ley. México es un país de consumidores cuyos índices cada año van a la alza. Así, después de cuatro décadas de aquella frase presidencial, se han superado todas las expectativas. México es ahora una alberca donde se consumen drogas.
Tan equiparados estamos con el país del norte, que ahora los gobiernos locales encabezados por el Jefe de Gobierno del DF están hablando de legalizar la marihuana, como lo han hecho en algunas ciudades de los USA, ya que la situación se está tornando insostenible. Son los tiempos modernos, pues. 
No sabemos hasta donde sea factible esto, ni queremos señalar que la medida sea incorrecta, tal vez tendríamos que experimentar. Se me ocurre que los legisladores aprobaran una ley que fuera reversible, o transitoria que dijera: si no funciona en 3 años, que desaparezca. Porque la verdad es un asunto demasiado arriesgado. 
Los que defienden esta postura, creen ciegamente que al legalizar la marihuana se solucionaría el problema de la inseguridad nacional, pues se acabaría el mercado de los narcos, simplemente se les quitarían recursos financieros y se irían debilitando hasta desaparecer. Además, el costo de la lucha contra el consumo de las drogas es muy elevado, por lo que el Estado se ahorraría buena parte del presupuesto. Se contaría con una relación de cuántas personas son adictas para ayudarlas a su recuperación con yerbita que podrían comprar en cualquier farmacia, previa prescripción médica. Uno de los principales promotores de esta medida es el ex presidente Vicente Fox, quien se arriesga a decir que con la legalización de la marihuana se fomentaría la inversión extranjera y se reactivaría la producción del campo mexicano, tan alicaído en las últimas décadas. 
Algunos de los aspectos negativos que sobrevendrían con la legalización de la cannabis serían, entre otros, un incremento desaforado de su consumo, y al no estar penalizada la producción, los terrenos destinados a la producción de maíz, frijol, arroz, se verían invadidos por las plantaciones de marihuana. Además, la marihuana no es la única, hay una gama infinita de drogas naturales y sintéticas, que podrían darle sustento a los narcos sin tener que producir ni comercializar la famosa planta, si esta llegara a legalizarse.
Nuestro gobernador, pragmático y cantinflesco como él solo, dijo al respecto que la medida traerá algunos efectos negativos, pero que la decisión la van a tomar los legisladores federales y luego los congresos estatales, pero primero tenían que terminar de analizar las consecuencias que la medida pudiera traer. En otras palabras que era un asunto que en lo personal no lo podía resolver y que promovería las acciones para que Colima no se quedara rezagado en ese aspecto. Mejor se espera a que otros hagan el trabajo.

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